Hoy los negacionismos se suceden y multiplican, desde creacionistas, antivacunas, terraplanistas, negacionistas de la supremacía de género o de raza, o, incluso recientemente, de resultados de elecciones o, incluso, nevadas. Es decir, todo aquello que en un momento dado es importante para nuestras vidas y que por ello entra en el debate político pasa a ser engullido en la órbita del negacionismo.
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